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Desde 1545 hasta hoy, el Sumaj Orcko,
el Cerro Rico de Potosí, ha entregado sus vetas de
plata a numerosas generaciones. Parte de la riqueza de Occidente
provino de sus filones, a tal punto que el cronista Guaman
Poma de Ayala dijo que por dicha mina "Castilla es Castilla,
Roma es Roma, el Papa es el Papa y el Rey es monarca del
mundo". Rojizo y enorme, arroja su larga sombra sobre
la vieja ciudad que, alguna vez, fue una Villa Imperial que
tuvo más habitantes que Londres o París. Cuando
el viajero se interna allí, todo el pasado renace:
en los antiguos templos barrocos, en las matrices y laminadoras
que manejaron oscuramente los nativos explotados, en las
calles que recorrieron las tropas de los ejércitos
libertadores, en las haciendas donde persisten leyendas tenebrosas
de amor, de codicia y de muerte. |
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